Hace algunos años recuerdo que una mañana revisando Lucas 7:1-17. Dios me permitió ver el pasaje de una forma que no lo había visto en otras ocaciones. Mientras leía sobre como él resucitó a al joven y al siervo del centurión. Sentía como Dios me decía: Tu vida, cumplir tus sueños, que tus metas se realicen, cada anhelo que tienes; dependen de una palabra que salga de mi boca, de una sola palabra que abra puertas, de

Si asistes a una iglesia o eres parte de alguna comunidad cristiana, en algún momento debes haber escuchado esta frase. ¡Nos quedamos!. Por mi parte la he dicho muchas veces cuando alguien que considero que es demasiado «bueno» y de ley «es salvo», desaparece de la nada o ya no está en el lugar compartiendo con todos. Y aunque la tomamos como broma y reímos al ver nuevamente a la persona. ¿Qué pasaría si fuera